Especial ‘The Wire’: una declaración política de principios

Cuando le preguntan por The Wire, David Simon explica que, aunque siempre haya sido tildada de verídica, la serie ofrece su propia visión de la sociedad en Baltimore, un punto de vista subjetivo sobre la corrupción política, la educación, los medios de comunicación y el tráfico de droga. Si bien es cierto que The Wire respira Baltimore por todos sus poros, lo esencial de esta serie magnífica es que ha conseguido trascender de su ámbito local para reflejar problemáticas universales que afectan al conjunto de la sociedad.

La pobreza es un semillero para el delito, aquí, en Baltimore o en cualquier otro lugar. Es muy difícil que los pobres puedan romper las rígidas fronteras de la sociedad estratificada y salir del círculo vicioso de la marginación, de la falta de educación, de la criminalidad. El poder, en cualquiera de sus esferas (político, sindical) es, en numerosas ocasiones, un lugar oscuro, habitado por personas sin escrúpulos que no dudan en hacer lo imposible por lograr su propio beneficio.

Los medios de comunicación, cada día más, están regidos por intereses espurios que los convierten en voceros de las distintas ideologías políticas. Y los periodistas que quieren contar la verdad, relegados en pos de un mercantilismo al que interesa más el adormecimiento de la población que el espíritu crítico. Por no hablar de oportunistas, mentirosos y demás caterva de personajes que tejen sus conspiraciones para conseguir medrar en sus respectivos ámbitos sin importarles los cadáveres que dejan por el camino. 

David Simon

EEUU, un país brutal e indiferente
Según comenta el propio Simon en el interesante reportaje  Periodistas, maleantes y Baltimore, de Javier del Pino (El País), The Wire plasma “una sociedad donde los individuos están marcados por el trabajo que logran o el lugar en el que nacen. Cuando se le da rienda suelta al capitalismo desaparecen los derechos de los trabajadores porque los trabajadores se convierten en sólo una herramienta del capitalismo, dejan de ser seres humanos. Si estás en lo alto de la pirámide productiva y te beneficias de esta dinámica, fenómeno; pero si estás en la parte de abajo, eres una víctima. Por eso EE UU es un país más brutal e indiferente que otros, sin interés alguno por compartir los beneficios entre toda la comunidad. Eso es The Wire: una declaración política de principios».

Todas estas ideas están reflejadas en The Wire de una manera dinámica, entretenida, sin pedanterías ni adoctrinamientos. Contando la realidad a través de un grupo de policías que deben luchar contra ellos mismos, contra sus propios jefes y contra el delito de las calles. Pinchando teléfonos. Haciendo trabajo policial de vigilancia, pesado, a la intemperie, apasionante en ocasiones y, la mayoría de las veces, frustrante. Un retrato absorbente del policía de a pie que ve cómo un trabajo de muchos meses queda en nada debido a un tecnicismo, a un pacto entre superiores, a intereses políticos…

El origen: un policía con un tumor
De todo esto sabe mucho David Simon, un periodista de los de antes que comenzó como redactor de sucesos y que consiguió que lo admitieran en una patrulla policial. Como él cuenta en una entrevista que realizó Carmen Pérez-Lanzac para El País, a los 28 años pidió integrarse en un grupo de homicidios de la Policía de Baltimore y el comisario jefe se la concedió. De aquella experiencia nació el libro Homicide, que lo catapultó a la fama. Simon dice que todavía no se explica cómo ocurrió aquello, aunque el comisario tenía un tumor cerebral. Parece ser que deseaba que alguien contara lo que pasaba desde dentro, que explicara el tremendo cáncer que corroía al sistema.

Cuando empezaron a rodar, en Baltimore se corrió la voz. Simon creía que tendrían que salir corriendo de aquella zona debido a su peligrosidad pero, al contrario de lo que se pensaba, los propios delincuentes de barrio contribuyeron con sus historias, empezando una extraña colaboración que hizo posible una mayor veracidad y dinamismo en la serie.

Profundidad sin pretensiones
Simon interiorizó toda esta información que, sumada a su propia experiencia y talento, le llevó a desgranar la serie de una manera soberbia, con unos arcos argumentales que abarcan el mundo de la droga en los barrios pobres (las casas baratas), el sórdido asunto de la prostitución y la corrupción sindical, los entresijos sucios de la política, los problemas de la educación pública y los tejemanejes de los medios de comunicación.  

Es relevante recalcar que The Wire no es una serie tan sesuda como muchos dicen, aunque sí posee un trasfondo complejo, con gran riqueza de contenido. Hay que prestar atención a la trama, que tampoco es tan dificultosa de seguir, tiene humor y personajes muy humanos con los que es fácil identificarse. Para mí, la grandeza de The Wire radica en que respeta la inteligencia del espectador, que extrae sus propias conclusiones. 

De esta manera, The Wire ha obtenido su reputación entre la crítica de la mejor serie que se ha realizado nunca para televisión y, junto a Los Soprano, el emblema de obra maestra de la HBO.

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2 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Anonymous

    Una cosa que me ha hecho reflexionar en The Wire es el papel que desempeñan en la serie los negros que tienen poder. Los afroamericanos no aparecen en la novela negra americana clásica, que yo recuerde,ni para bien ni para mal. Excepto en Chester Himes donde son un cliché de si mismos. La falta absoluta de recismo por parte de los guionistas, reflejando supongo la nueva realidad norteamericana, estriba en contemplar la corrupción y los méritos de los negros sin falsa indulgencia hacia los «marginados» y sin sorpresa hacia sus logros.La red de poder que suponen las iglesias y sus pastores me ha gustado y sorprendido.Como bien dices la serie tiene muchas capas.Me la voy a volver a ver para descubrir mas.Como siempre me han gustado tus análisis.Silvia

    13 marzo 2012 | 06:45

  2. Dice ser madseries

    Gracias Silvia por tu constructiva participación. Muy interesante tu comentario sobre la visión más contemporánea hacia los negros en EEUU. No había pensado en este tema y me has abierto los ojos. La verdad es que The Wire tiene una gran profundidad y, para poder hablar con detenimiento sobre todos sus aspectos, sería necesaria una tesis doctoral (seguro que la habrá, por cierto!). Es, desde luego, una serie para revisar y extraer nuevos matices que en una primera visión seguro que se nos han escapado. Yo también quiero volver a verla pronto. Seguro que los amantes del cine y de las buenas series seguiremos comentando mucho tiempo las «capas» de esta serie magnífica, que ha dado y dará mucho que hablar.

    13 marzo 2012 | 14:43

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