Padre, hijo y asesino en serie

Un zumo de naranja sangriento. Hilo dental que es un arma mortífera a punto de cercenar un cuello. Un cuchillo muy afilado que corta un huevo frito sobre el que caen unas escalofriantes gotas de ketchup. Unos cordones de zapatos tensados con fuerza dispuestos a estrangularte. Una camiseta blanca que se ciñe peligrosamente sobre nuestra cabeza… Ni Hitchcock lo hubiera hecho mejor.

Posiblemente los títulos de crédito de Dexter sean unos de los más espectaculares y turbadores que se han rodado nunca en televisión. Aparentemente, todo es inocuo. Pero bajo la cotidianidad de un simple desayuno, de un sencillo afeitado, se esconde una verdad mucho más mortífera y peligrosa. Así es el personaje que interpreta Michael C. Hall en Dexter, un tipo de apariencia pacífica que, en su interior, esconde a la bestia: el oscuro pasajero.

Y es que Dexter está profundamente perturbado. Es un asesino en serie que necesita matar para liberar su ansiedad. Y aunque sus cacerías estén dirigidas contra criminales y asesinos, y se rija por un código moral (bastante sui generis, por cierto) donde debe asegurarse de que su presa merece el destino fatal que él se encarga de impartirle, se siente liberado cuando abre su maleta de matarife, escoge uno de sus brillantes cuchillos, despierta a su víctima atada en una camilla, le hace un corte en la cara para guardar una muestra de su sangre -su trofeo- y le clava sin pestañear el cuchillo en el pecho.

En estas escenas, cuando se convierte en verdugo, aparece su verdadero rostro: determinativo, seguro de sí mismo, inflexible. Luego, arroja el cadáver de su víctima a la bahía de Miami, en alta mar, y la muestra de sangre es guardada meticulosamente en una cajita que esconde tras el aire acondicionado de un piso de diseño. Entonces comienza la otra vida: la de las apariencias, con Dexter como analista forense que trabaja para la policía de Miami, rodeado de personas y compañeros de trabajo que desconocen su verdadera identidad.

De solitario a padre de familia
A lo largo de las seis temporadas que ha tenido la serie, que Showtime ha renovado por dos más, hemos asistido a la evolución del personaje, el arco argumental más interesante. Mediante flashbacks y las charlas con la figura fantasmagórica de su padre (que es el único que conoce su verdadera naturaleza), se ha hilvanado el pasado de Dexter: la infancia perturbadora de un niño que contempla el asesinato de su madre y que es hallado en un charco de sangre, su evolución en la adolescencia y la necesidad de canalizar sus instintos asesinos de una manera, en cierto sentido, útil para la sociedad.

Pero también hemos contemplado el deseo de un hombre por evolucionar en su vida como un ser humano normal y corriente: enamorarse, formar una familia e integrarse en la sociedad es para Dexter no sólo una fachada de sus actividades nocturnas, sino una manera inteligente a nivel de guión para que su personalidad avance por caminos que nunca habríamos pensado que podría recorrer. Creíamos que nunca amaría y, sin embargo, ama. Creíamos que nunca tendría hijos, y ahora los tiene. Y con estas nuevas facetas la vida de Dexter se complica por momentos, mientras el personaje gana en matices y claroscuros. ¿Adónde le conducirá la historia? Todavía está por ver.

Una decisión vital y un nuevo psicópata que perseguir (ATENCIÓN, SPOILERS)
La sexta temporada, muy floja en cuanto a la historia del profesor Gellar y Travis Marshall, con los típicos asesinatos rituales inspirados en el Apocalipsis, profundiza con bastante agudeza en la moral de Dexter. La llegada del hermano Sam y su fortaleza de ánimo para perdonar a aquellos que le han hecho daño, hace tambalear los cimientos espirituales de Dexter. El personaje se plantea algunas ideas relevantes: si realmente desea luchar contra el instinto que le domina (la tarea más ardua) o prefiere continuar escuchando los deseos del asesino interior, tal como decide finalmente con este diálogo memorable entre él y el no menos perturbado Travis:

-Tú eres el ejemplo más claro de lo podrida que está la humanidad –dice Travis.
-Soy padre, hijo y asesino en serie –dice Dexter mientras hace la señal de la cruz.
-Arderás en el infierno –responde Travis.
-No, creo que me voy a quedar aquí. Porque quizás haya un sitio para mí en este mundo tal como soy. La luz no puede existir sin oscuridad. Cada cosa tiene su razón de ser. Y si mi oscuridad tiene una razón de ser, quizás sea que el mundo está equilibrado. Porque, afrontémoslo, el mundo será un lugar mejor sin ti.

En este sentido, el personaje de Dexter ha dado un gran paso hacia adelante y nos planteamos cuál será su final aunque, por el momento, quiera continuar su danza macabra. ¿Quizás tirar por la borda a su propio Mr. Hyde y recomponer su vida como un padre de familia con espíritu de Dr. Jekyll? ¿Ser finalmente atrapado por sus propios compañeros de la policía? Veremos. También tendrá que lidiar con el enamoramiento de su hermanastra, que lo ha descubierto justo cuando está asesinando a Travis. Si el nuevo psicópata (que parece interesante) consigue cuajar, la séptima temporada de Dexter promete.  

Webserie animada
Por cierto, los amantes de Dexter deben saber que existe una webserie animada en la que Michael C. Hall retoma su papel poniendo voz a nuestro adorado psycho. Los capítulos, tal como leo en la Wikipedia, se centran en “las víctimas que Dexter menciona en el sexto episodio de la primera temporada, Return to Sender. El 25 de octubre de 2010 la cadena retomó la webserie con una segunda temporada subtitulada Dark Echo (eco oscuro). La historia se sitúa en los años de universidad de Dexter, inmediatamente después de la muerte de su padre Harry, y narra en seis capítulos cómo tiene que hacer frente a un asesino que ha presenciado su «ritual» y ahora anda suelto matando a personas inocentes”.

NOTA
Aunque prometí en mi anterior post dedicar esta semana a hablar de los freaks y diversos monstruitos que aparecieron en Expediente X, lo cierto es que no he hecho mis deberes del todo y lo voy a dejar hasta nuevo aviso. Os debo una!!

4 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser SR. WATANABE

    La última temporada es muy decepcionante. Espero que sólo sea un lapsus y en la séptima vuelva por todo lo alto.

    26 abril 2012 | 12:01

  2. Dice ser madseries

    Sí, con diferencia es la peor de todas. Ya sabemos lo difícil que es mantener el tipo a partir de 4-5 temporada. Yo también espero que la 7T de Dexter logre recuperar lo que ha perdido en la sexta. Gracias por el comentario!!

    26 abril 2012 | 17:21

  3. Dice ser Thanet

    Yo nunca había interpretado de esa manera los créditos. Lo veía como la expresión gorrina de un psicópata, cuando fagocita ese cerdazo, o corta el huevo frito y después caen gotas de tomate (y mi subconsciente se estremece porque a veces no puedo ver la sangre). Luego está esa fruta, ese exprimir, todo tan parecido a su forma de vivir. He llegado a la tercera temporada y me he tomado un break. Al principio hablaba maravillas de esta serie, pero me ha terminado aburriendo. Si antes hablaba más consigo mismo, explicando cómo es así, y lo llevaba todo tan tapadito, ahora todo empieza a salir. No sé. Es como que ha perdido profesionalidad. Me alegré inmensamente de que aquel cansinaco histórico acabara muñones múltiples, por bacín. Es decir, el nigger que voló por los aires. ¿Algún punto de vista para que me llame otra vez esta serie?

    03 diciembre 2012 | 06:07

  4. Dice ser Cecilia García

    Hola Thanet, me hace cantidad de gracia verte empleando esos términos tan manchegos como «bacín» 😀 Aparte de eso, te has quedado en puertas de ver la memorable cuarta temporada de Dexter, la mejor de la serie hasta el momento, con un villano IMPRESIONANTE e INIGUALABLE. En la quinta y sexta la serie decae bastante, pero la séptima está siendo genial. A mí Dexter es una serie que me entretiene mucho, aunque ha sido irregular y está plagada de Deus ex machina. Te recomiendo que, al menos, le des una oportunidad a la 4T porque merece mucho la pena… Un saludo y gracias por tu comentario!

    03 diciembre 2012 | 10:57

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