Me he hinchado a reír. A carcajada limpia. Y eso, queridos amigos, no es nada fácil. Episodes es una comedia excelente, vaya por delante la apreciación. Tiene unos diálogos brillantes, un sentido del humor cáustico e irónico, y constituye una corrosiva crítica del modus operandi de la industria televisiva americana. ¿De qué va? Nada más fácil de contestar: después de ganar un premio BAFTA, un matrimonio de guionistas inglés muy bien avenido es invitado por una network americana a hacer un remake de su show, Lyman’s Boys, en Hollywood. Y aquí empiezan los problemas: adaptación del guión, elección de actores, choque cultural… Esto por una parte.
Y ahora: ¿os acordáis de Joey, el tontorrón de Friends? Nunca me ha gustado demasiado el personaje y eso me ha llevado a pensar una sandez: que el actor no era bueno. Pues estaba equivocada. Matt LeBlanc, que se interpreta a sí mismo, demuestra en Episodes que no sólo es un excelente actor de comedia, sino que ¡incluso puede resultar atractivo en las distancias cortas! Y lo dice una persona que nunca ha sentido la más mínima atracción por los musculitos aniñados. En esta ocasión, sin embargo, su personaje rebosa encanto, simpatía y ternura. Es uno de esos golfos que saben muy bien qué tecla pulsar para encandilarte, con momentos autodestructivos que lo hacen muy humano.
Una amistad muy cachonda (Atención, Semi-Spoilers)
La baza fundamental de la serie es el triángulo formado por Matt y el matrimonio de guionistas Sean (Stephen Mangan) y Beverly Lincoln (Tamsin Greig). Por una parte, tenemos la relación de complicidad y amistad entre Matt y Sean, una de las más cachondas y entretenidas que he visto últimamente. Son polos opuestos, pero que se complementan y comparten un humor socarrón, lleno de ironía. Ambos tienen escenas geniales juntos, con momentos estupendos de colegas que se van de copas y se lo pasan de muerte hablando de la vida, las mujeres e, incluso, del tamaño de sus genitales.
Por el contrario, la relación entre Matt y Beverly está marcada por una animadversión y una gran carga de tensión sexual. Beverly no puede soportar el “idilio” de Matt con su marido, arrastrándolo a sus correrías nocturnas llenas de glamour y famosos, presentándole nuevas y exuberantes pechugonas, alterando por completo su matrimonio. Ella, una intelectual inglesa, no se deja seducir tan fácilmente por la golfería muy charming del exFriends, y le fastidia aceptar que Sean se deslumbre por coches caros, rubias siliconadas y el way of life de esbeltas palmeras, mansiones recargadas y cuerpazos bronceados made in L.A.
Una serie muy seriéfila
A los seriéfilos y cinéfilos les encantará Episodes, porque deja ver los entresijos de la producción de un show: la selección de actores, el equipo pelota e hipócrita alrededor del jefe de la Network (de los que te llaman querido amigo, te abrazan y luego te pegan la puñalada trapera), la imparable maquinaria de la industria para conseguir productos comerciales dirigidos a un target determinado, la impotencia e imposibilidad de conservar la mirada inteligente y el humor british del guión, los ratings y, cómo no, la célebre puerta de entrada de los estudios Paramount (lo que daría por verla).
Los secundarios se salen
Una mención especial merece el excelente reparto de secundarios: el desagradable e hipócrita boss de la network, Merc Lapidus, interpretado por John Pankow. La patética y fumeta jefa de producción y amante de Lapidus, Carol Rance. Y uno de mis favoritos: la jefa de comedia, la cara-mueca-torcida Myra (Daisy Haggard), uno de esos personajes que pasan desapercibidos hasta que dices ¡ahiválahostia!
Hasta la fecha, Episodes tiene dos temporadas del todo recomendables si quieres pasar del drama durante unas horas y olvidarte de que existe el mundo. ¡Y sabemos que las buenas comedias no abundan!
Ficha técnica
Título original: Episodes
Cadena: coproducción (BBC Two-Showtime)
Año de creación: 2011
Creada por: David Crane (co-creador de Friends), Jeffrey Klarik
Temporadas: 2
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