Irreverencia y reconfortante mala leche en ‘Girls’

A diferencia de lo que ocurre en demasiadas ocasiones con los pilotos, es decir, un gran arranque y después una caída en picado hasta estamparse contra el duro suelo, el piloto de Girls me pareció una mamarrachada. Ni me interesaron los problemas de la tal Hannah (Lena Dunham), ni me importó que sus padres le retiraran la paga para que se buscara la vida en la Gran Manzana (menuda pija con aires de bohemia consentida), ni me sentí identificada con esa vida sexual un tanto sucia y desagradable.

Fue entonces cuándo pregunté en Twitter: ¿qué hago? Y mis queridos followers me dijeron «sigue adelante, que después mejora». Como soy una persona de talante confiado y espíritu abierto (hasta que dejo de serlo, claro) pensé en darle una segunda oportunidad a Girls. Y eso que me reventaba de una manera atroz el tatuaje que lleva Hanna (Lena Dunham) en su gordiito y blandito bracito, un tatuaje tipo boli Bic realizado por su peor enemigo, que ella achaca «a la necesidad de controlar su cuerpo cuando engordó en la adolescencia».

A pesar de que me repateaba la prota, su cutre tatoo, esa ropa que le cae peor que un saco de patatas, su resistencia a trabajar para mantenerse y su facilidad para enseñar el culo en el sillón del apartamento de su «follamigo», seguí viendo Girls. Y hete aquí que al llegar al tercer episodio empiezo a sentir que el humor fluye y funciona, que −WTF−, me pego alguna buena carcajada con las chorradas ocurrentes que dicen los personajes y, poco a poco, me voy adentrando en el mundo de Jessa, Shoshanna, Marnie, Adam, Charlie, Ray… y ¡les voy cogiendo cariño y todo! Y así, de tirón y sin parar, llego hasta el final de la temporada y me digo a mi misma «¿Cuándo estrenan las próxima? En 2013. Mierda.»

Más enganchada que los negros de ‘The Wire’
Pues sí, estoy más enganchada a Girls que los negros de las casas baratas a las esquinas. Llegados a este punto podría decir unas cuantas cosas: 1) que me sería muy fácil hacerme amiga de Hanna cuando cumpliera unos añitos más (fuera histerismos) 2) que me encantaría leer su diario y sus relatos 3) que me iría de fiesta con ella (aunque yo sí que le doy al bebercio) 3) le aconsejaría no un estilismo nuevo (lo del ‘estilismo’ es algo que me parece una horterada infinita) sino algunos trucos que todas las chicas con un trasero consistente deben conocer. Y 4) (por favor, esto es importante) la pondría en manos de un peluquero con buen tino que ponga en orden ese pelillo fino e insustancial, de color entre marrón triste y la más absoluta nada. 5) le pediría que no pierda ese humor irreverente que toca vacas sagradas (SIDA, violación, sexo, religión) y su punto de mala leche muy reconfortante en esta sociedad tan políticamente correcta que dan ganas de potar.

La más guapa del baile (SPOILERS de los gordos)
Sin embargo, a pesar de su evidente falta de atractivo y esa completa carencia de gusto para arreglarse, a cada capítulo Hannah nos va pareciendo más graciosa, más maja, más divertida, más inteligente. Nos conmueve su vulnerabilidad, su humanidad, su romanticismo, su sentido del humor entre bruto y naïf. Al final de la temporada, incluso pensamos que tiene unos ojos bonitos.

Y nos encanta verla con Adam enfundada en esos calzoncillos largos con puerta trasera, porque Adam es un personaje que gana enteros a medida que avanza la serie. Al conocerlo más profundamente, igual que le sucede a Hannah, comprendemos que ya no es el tarado que se tira al principio, sino un chico sensible, un poco inseguro (y algo majara, sí), talentoso y divertido, que no nos importaría tener como colega. Y comprendemos que lo hemos visto de una manera subjetiva, tal como le parecía a Hannah al principio. Brillante.

Cejas bien delineadas y chaqueta a juego

Cejas, a true story
Y ahora la chicha: tras todo el revuelo y una vez pasado el rollo de «la voz de su generación» -que da un poco de grima-, hay que dejar claro que Girls tiene unos diálogos cáusticos, divertidos, ocurrentes, y algunos momentazos brutales. Como, por ejemplo, cuando Hannah le propone a su jefe (el sobón con pinta de Papa Noel que da masajes Reiki) “intimar” con el único fin de tener una buena historia que contar. O cuando las chicas de la oficina le pintan las cejas en plan Carmen Miranda. Por cierto, esta historia me recuerda cuando, en el instituto, le depilamos las cejas a una amiga hasta que sólo quedó una triste línea sobre una gran zona blanca y la pobre estuvo hecha un adefesio hasta que volvieron a crecerle. Perdónanos, Jessi, donde quiera que estés.

Alguien debería follarla para darle una lección 
Pero, a pesar de que Hannah es la protagonista y tiene líneas brillantes de diálogo, se consiguen retratos convincentes de todos los personajes y la serie se vuelve coral. Uno de los personajes secundarios que da más juego (esperemos que salga más en la segunda temporada) es Ray, el amigo de Charlie que trabaja en el coffee shop. ¡Me encanta Ray! Me reí a carcajadas cuando, refiriéndose a Marnie, dice: «Alguien debería follarla para darle una lección. Ya sabes, encadenarla a un poste y follarla duro. Y azotarla, azotarla. Simplemente azotarla hasta que ella… Lo que sea», con ese aire de buena persona que en realidad no es capaz ni de hacerle daño a una mosca de la fruta, aunque le obsesione el sexo (y no se reprima en expresarlo).

También me divierte mucho cuando rebusca en la habitación de las chicas mirando fotos y dice con aire ausente, mientras sostiene una en la mano: «Tan rubios, tan limpios… Cuando ves una familia como ésta ¿no te preguntas si tienen sexo los unos con los otros?». Pues claro que sí, le contestaría, ¡los Lannister, Ray! Y me vuelve loca que se enrolle con Shoshanna y acabe con su virginidad, porque los dos son tan directos y tan buenas personas −y un poco cargantes− que hacen una pareja perfecta. ¡Y se van a hinchar a hacer la bestia de dos espaldas, como diría el gran dramaturgo!

Uf, ¡son unas frívolas!
Muchas han sido las opiniones vertidas en contra de esta serie. Además de los fanáticos republicanos (eso es bueno), sobre todo ha sido mujeres las que tachan de frívolas a estas chicas, con las que no se sienten identificadas. Pero eso no es excusa para no disfrutar de la serie. Tampoco yo me sentía identificada con las chicas de Sex and the City (Manolos?, Fashion Weeks?) y mira si me lo he pasado bien viéndola. Que sí. Que tenéis razón, que son unas pijas y no es el mundo real. Ya. Pero me he reído un montón. ¡Y a ver dónde encuentras algo así!

PS Por cierto, la fama de Lena Dunham arrancó colgando un vídeo en You Tube de sí misma en bikini, metiéndose en una fuente, que generó todo tipo de comentarios (preciosos, supongo). Pues bien, ella lo utilizó todo y rodó su primera peli, Tiny Furniture. Después le llamaron de la HBO. Ahí queda eso. Sí, es hija de famosos, pero hay que valer también.

Nota en Mis Puntuaciones

Ficha técnica
Título original: Girls
Cadena: HBO
Año de creación: 2012
Creada por: Lena Dunham
Duración (Primera temporada, 10 episodios)
Web oficial

6 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Javier Romero

    Acabo de ver la primera temporada de Girls (si, ya se que llego bastante tarde), y me ha parecido bastante entretenida. Uso esta palabra un tanto aseptica a proposito, porque estoy de acuerdo con los interesantes y positivos comentarios en tu analisis de esta serie, pero al mismo tiempo no puedo entender la locura que se ha desatado con ella, aun sabiendo que tampoco es santo de devocion de todos todos. Hoy, unos dias despues de ver esta serie logro entender mi problema con ella: vale, es divertida, pero aunque quiere ser un alternativa, cool, grosera y realista, me parece mas bien pretenciosa y poco espontanea. Y eso me explica porque Lena Dunham (a quien no le niego el talento; ojala yo tuviera una pizca del mismo) se siente tan comoda en las red carpets y en entrevistas en la ABC, NBC (y ad infinitum) y otros medios: en el fondo esta tan dentro del sistema que se parece a Carrie Bradshaw mas de lo que a primera vista parece. Dicho esto, casi seguro que vere la segunda temporada cuando se estrene.

    13 enero 2013 | 16:36

  2. Dice ser Javier Romero

    Un olvido. Para entender un poco mejor de donde toma prestado Lena Dunham su tema mas recurrente (al margen de obsesiones propias), sugiero echar un vistazo a la obra de su padre, Carroll Duham, en especial la de los ultimos años. ?Como se llama eso de que padre e hija compartan fijacion por la parte femenina mas intima?

    13 enero 2013 | 17:16

  3. Dice ser Cecilia García

    Completamente de acuerdo con lo que comentas. La Dunham mezcla los adjetivos que tan bien utilizas «alternativa, cool, grosera y realista» con un cierto toque pretencioso y un poco forzado de más. Creo que Lena Dunham todavía tiene que pulir su estilo y, sobre todo, deshacerse de esa «rabiosa juventud» para atinar más en su escritura. Sin embargo, y aunque nos pueda irritar su pose y su capacidad de desenvolverse con los mass media, me sigue asombrando su mordacidad y su mirada sobre el mundo que le rodea siendo tan joven. Desde luego, Lena tiene mucho que decir, y esperemos que la fama no eche a perder su innegable talento. Un abrazo y gracias por tu acertado e incisivo comentario!

    13 enero 2013 | 19:18

  4. Dice ser Cecilia García

    Acabo de ver los cuadros de daddy Dunham!! Qué bueno, tienes razón, de casta le viene al galgo!!!!!! (por cierto que me gustan mucho los cuadros, muy pop!) 😀

    13 enero 2013 | 19:19

  5. Dice ser paola

    A mí me encanta esta serie, está bien lograda y realizada, en lo personal me encantan las series de
    HBO pues son originales, y Girls aborda los problemas que se les presentan a las jóvenes pero de manera diferente, ahora veo la tercera temporada y me ha gustado, se las recomiendo.

    28 enero 2014 | 19:44

  6. Gracias por el comentario, Paola. Girls es genial y estoy viendo con gusto su tercera temporada. Un saludo

    29 enero 2014 | 14:51

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