Sabéis de mi admiración por Paul Abbott. Lo descubrí por primera vez viendo Exile y me conmovió de manera profunda retratando la fragilidad de Mia en Hit & Miss. Cuando pensaba que este hombre no podría volver a emocionarme de igual forma, ha conseguido arrastrarme de nuevo a ese lugar donde me quedaría para siempre: el interior de una historia subyugante. Así es, amigos. State of Play es un thriller magistral, de los que te dejan pegado a la pantalla sin poder levantar la vista, con el corazón en un puño y ganas de más y más.
Bajo una apariencia supuestamente convencional, un thriller con políticos manipuladores que esconden información y periodistas con agallas que investigan un caso, se esconde una historia perturbadora, de emociones enfrentadas, donde nada es lo que parece. Como siempre sucede en las creaciones de Abbott, el interés no radica tan sólo en la fuerza y originalidad del argumento, que la tiene, sino en la profundidad de los personajes, en la indagación de la psique humana cuando ésta se adentra en pasadizos sombríos.
Por si fuera poco, State of Play te devuelve el gusto por esas apasionantes historias de periodistas luchadores, con la vida bullendo en la redacción, las reuniones a puerta cerrada, la búsqueda de pruebas fehacientes para probar hechos, las presiones del poder para coartar la libertad de prensa y la adrenalina de ver esa noticia en exclusiva que mañana se convertirá en una bomba periodística. Si a esto le sumamos una reparto portentoso y una historia impredecible, muy bien narrada, tendremos una miniserie redonda, de las que dejan huella.
Aunque en State of Play convergen temas como el sensacionalismo de los medios de comunicación ante una historia que palpita sangre y sexo; las peligrosas imbricaciones entre la política, las grandes corporaciones y los negocios turbios a gran escala; el servilismo, la endogamia y el corporativismo de los eslabones poderosos de la sociedad, State of Play es ante todo una historia de bajas pasiones, traiciones y triángulos amorosos, donde la verdad es tan dolorosa como incomprensible.
La peligrosa relación entre el periodismo y la política es uno de los principales puntos de interés de esta historia sobrecogedora. John Simm, uno de los actores fetiches de Abbott que ya vimos en Exile y en Shameless, da vida a Cal McCaffrey, un periodista del diario The Herald encargado de investigar el presunto suicidio de la joven investigadora política Sonia Baker. Cuando la joven aparece muerta en el Metro y su jefe, el prometedor político Stephen Collins (David Morrissey), da una rueda de prensa con evidentes síntomas de derrumbe emocional, la prensa empieza a sospechar de su relación extramatrimonial y los rumores y sospechas empiezan a circular.
David Morrissey y John Simm |
Emociones en el ojo del huracán
McCaffrey, amigo personal del político (exjefe de su campaña electoral), comenzará a adentrarse en una historia con diversas ramificaciones y estratos sutiles, donde la frontera entre verdad y mentira se sitúa en una zona gris y peligrosa. El espectador, atrapado en el hilo de unos acontecimientos cada vez más complejos y turbios, comprende que bajo los hechos subyace una verdad demoledora que, sin embargo, no puede aprehender hasta el final.
He aquí la verdadera baza de esta narración: la tensión en aumento, los detalles desvelados con precisión de cirujano, el misterio aderezado con conflictos amorosos que dificultan todavía más el camino hacia el descubrimiento de los hechos y pasiones humanas imposibles de esquivar, que dirigen a los personajes hacia el ojo del huracán sin que puedan evitarlo.
Polly Walker es la mujer del político |
Impresionante elenco de actores
En State of Play volvemos a disfrutar de actuaciones de alto nivel: John Simm, conocido por el gran público por su papeles en Life on Mars y Doctor Who. David Morrissey (Sense and Sensibility, Doctor Who o Red Riding, que interpreta a Philip Blake «El Gobernador» en The Walking Dead) está extraordinario como la joven promesa de la política Stephen Collins.
Pero también encontramos un reparto excepcional entre los secundarios: el gran Bill Nighy es Cameron Foster, el director de The Herald, que consiguió en 2003 un premio BAFTA por este papel. Y otros actores de reconocido mérito como Kelly MacDonald (Della Smith, la periodista ayudante de McCaffrey); Polly Walker como Anne Collins, la esposa del político (siempre la recordaré por su papel de la hermosa y pérfida Atia de los Julio en la estupenda serie Roma); James McAvoy (el profesor Xavier de X Men-First Class) como Dan Foster, y el increíble Marc Warren interpretando a Dominic Foy, un papel extraordinario que le valió en premio a Mejor Actor de Reparto en los Royal Television Society Awards.
Ficha técnica
Título original: State of Play
Cadena: BBC One
Año de creación: 2003
Creada por: Paul Abbott
Dirigida por: David Yates
Miniserie (seis episodios)
Web oficial
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Gracias por la recomendación!!
03 octubre 2012 | 11:01
Es una serie fantástica, de las que hay bien pocas… Aunque todo lo que haga Mr. Abbott es un MUST!! 🙂 Gracias a ti, un abrazo
03 octubre 2012 | 12:36