Las series españolas y el cambio de mentalidad

Me da igual que una serie sea española. Lo que me importa es que no sea previsible, estereotipada, que hable de emociones y temas universales sin renunciar al sabor local; que sus personajes no sean planos, que tengan matices, que pueda comprenderlos por encima de sus debilidades o defectos. Y que la historia, una vez pasado el tiempo, haya dejado poso en mí, una sensación que perdure en el tiempo y que me ayude a comprender mejor el mundo que me rodea y a mí misma. Al igual que las series de televisión han evolucionado en los últimos años de una manera notable, el espectador también se ha vuelto más crítico y exigente. Este hecho, junto a la proliferación de foros de opinión en las redes sociales, ha supuesto el inicio de una etapa donde las viejas fórmulas generalistas no funcionan con los nuevos públicos, que demandan productos más elaborados e innovadores, con temas más arriesgados y estructuras menos convencionales.

En España, como en la inmensa mayoría de países —todo sea dicho—, la calidad no abunda; al igual que no abunda en el campo de la literatura, las artes plásticas, el cómic o el cine. Sin embargo, no se trata de que todas las ficciones televisivas españolas alcancen un nivel excelso (esto no sucede en ningún sitio), sino de ver cómo, paulatinamente, las cadenas y productoras apuestan por las nuevas ideas, por historias que no nos parezcan mil veces vistas y oídas, sin escudarse en que «la producción es muy buena o se ha invertido tal cantidad de dinero». Si la producción no viene respaldada por un buen guión, que renuncie a los lugares comunes y clichés, la ficción televisiva no alcanzará los estándares que el nuevo espectador requiere.

 

Reflexión y debate, un síntoma positivo
Sin embargo, el hecho de que en la actualidad se esté comenzando a debatir qué es lo que falla en las ficciones patrias o qué podría hacerse para que mejoraran, parece un buen punto de partida para un cambio de mentalidad entre los creadores y productores —tanto los que comienzan como los que ya están consolidados—, para lograr productos que satisfagan a esta enorme audiencia fugitiva que busca en Internet (con buenas dosis de esfuerzo y gasto económico —discos duros, tablets, portátiles, conexión ADSL, etc.—), lo que no encuentra haciendo zapping. Por ello, me parecen relevantes eventos como el coloquio ‘España en Serie’ (que se efectuó en el marco del Festival homónimo), donde se trate el asunto del estado de salud de las ficciones españolas de forma abierta.

De la misma manera y, para seguir profundizando en la cuestión, creo que sería más productivo un foro de reflexión continuado (en vez de eventos puntuales) donde también cupiesen las opiniones de personas que no estén sujetas a vínculos con las cadenas y que pudiesen expresarse con libertad y efectuar una crítica sin miedo a posibles consecuencias. Mientras la profesión (industria, cadenas, productoras, guionistas) siga temiendo la autocrítica (que sirve para mejorar y no para tirar piedras contra el propio tejado, como suele parecer) y mire con recelo a quien la ejerce, no se pondrán en marcha los mecanismos adecuados para adaptarse a los nuevos tiempos y no quedarse rezagada, como viene siendo habitual en nuestro país.

Satisfacer al nuevo público
Hay que tener en cuenta que el campo ya está abonado. No sólo guionistas y creadores pueden educarse diariamente viendo propuestas tan distintas y de tanta calidad —y procedentes de múltiples países—, como ‘The Wire’, ‘Treme’, ‘The Shield’, ‘Oz’, ‘Mad Men’ o ‘Hatufim’, ‘Bron/Broen’, ‘Hit & Miss’, ‘Black Mirror’, ‘Borgen’ gracias al (bendito) intercambio de archivos (que no piratería, ojo), sino que los mismos responsables de las series en nuestro país pueden constatar cómo hoy, más que nunca, un producto supuestamente minoritario (dirigido a un target muy específico) puede alcanzar un gran éxito debido a su innegable interés  y trascender las estancas compartimentaciones del marketing, como ha sucedido como ‘Breaking Bad’ o ‘Game of Thrones’. Por no mencionar que, con una buena promoción (y sin censurar el intercambio de archivos de esa forma tan poco inteligente y arcaica), las cadenas podrían atraer a todas esas personas que no ven la tele en vez de arañar unos cuantos espectadores más a la competencia.

Que RTVE cumpla su cometido
Por tanto, más que una cuestión económica (que también) se trata de acometer un cambio de mentalidad en los responsables de la creación de ficciones. El público no es el problema porque, a la gran mayoría, le gusta las buenas series (que no siempre tienen que ser tan densas como ‘Boss’, faltaría más). De hecho, en este país (sobre todo antes del aterrizaje de los canales privados), se han hecho productos de gran calidad, dirigidos e interpretados por nombres muy respetados del cine y el teatro (‘El Pícaro’, ‘La huella del crimen’, ‘Anillos de Oro’, ‘Segunda Enseñanza’, ‘Cañas y barro’, ‘La Barraca’, ‘Fortunata y Jacinta’, ‘Los pazos de Ulloa’, ‘Los gozos y las sombras’, etc.), que tuvieron una gran aceptación y que la gente recuerda con gusto, con una calidad evidente a pesar de que, en aquella época, sólo hubiera dos canales.

Por ello, creo necesario que, además de la apuesta de canales de pago como Canal + (artífice de dos de las series españolas más innovadoras y rupturistas de los últimos tiempos como son ‘Crematorio’ y ‘Qué fue de Jorge Sanz’), RTVE debería volver a cumplir su misión de servicio público y «atender a la más amplia audiencia (…) con el compromiso de ofrecer calidad, diversidad, innovación y exigencia ética», como especifica el artículo 3 de la Ley 17/2006, de 5 de junio de la radio y la televisión de titularidad estatal. Las cadenas privadas pueden volcarse en el rendimiento económico si quieren (allá ellas si no quieren arriesgar para buscar nuevos públicos y seguir con lo de siempre, si les funciona), pero la televisión pública debería, sencillamente, cumplir los fines que señala su propia normativa. Ni más ni menos. Mientras tanto, los nuevos espectadores seguiremos viendo lo que nos interesa gracias a que, hoy en día, somos libres de escoger qué vemos, cuándo y cómo lo vemos. Si quieren que regresemos a la televisión tendrán que ofrecernos algo que merezca la pena. Así de fácil.

14 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Y el que quiera entender que entienda.

    04 noviembre 2013 | 16:32

  2. Dice ser Dids

    La verdad es que es un tema que da mucho juego. Completamente de acuerdo en que la ficción nacional necesita de un cambio, mi queja es enteramente hacia la cadenas que buscan agradar a toda la familia. No creo que sea por falta de talento, aunque bueno, hay de todo claro, (y sí, me refiero al remake de Cheers) pero son los que ponen la «pasta» los que deciden que se puede hacer y que no, y acaban convirtiendo un especie de remake de Misftis en Los protegidos. Siempre es lo mismo, como bien dices, y por eso mismo, cada vez encendemos menos su televisión para encender más la nuestra.Un saludo^^

    04 noviembre 2013 | 16:45

  3. Pues eso, Marien. Que se dejen de tonterías y produzcan buenas historias. Ya está 😉

    04 noviembre 2013 | 17:47

  4. Hola Dids! Por supuesto que no es por falta de talento, sino por no invertir adecuadamente en encontrar buenos guiones y por apostar por fórmulas manidas. Es que de verdad, que hay series clásicas españolas más originales e innovadoras que las que se hacen ahora… Además, creo que para hacer una buena serie no hace falta tantísimo dinero, sino más creatividad y talento. Mira por ejemplo un In Treatment lo que puede costar y, sin embargo, lo increíble que es… El dinero ayuda, está claro, pero no es lo único ni mucho menos. Gracias por comentar 😉

    04 noviembre 2013 | 18:29

  5. El problema de España es que hay mucha cultura de La que se avecina (nunca le pillé la gracia), y poco de intentar que a la gente le guste algo con lo que plantearse cosas. Demasiada telebasura.

    05 noviembre 2013 | 19:16

  6. Hola Almaciguero Mayor! Tienes razón en lo que comentas, pero no siempre fue así. Las cadenas (sobre todo RTVE) deberían plantearse que hay mucha gente que no está contenta con la programación en vez de echarle la culpa a la piratería. Es lo de siempre: poca autocrítica y tirar balones fuera. Un saludo y gracias por comentar 🙂

    06 noviembre 2013 | 13:30

  7. Dice ser Conquer

    Genial artículo Cecilia y muy de acuerdo. Desde mi punto de vista, no puedo opinar sobre las series que has comentado de los años 80, y me adelanto y digo que no tuve el privilegio de verlas en su momento. No nací con ellas ni tampoco me las dieron a conocer. Yo diría que mi primer contacto con las series españolas fue con «Médico de Familia», «Farmacia de Guardia», «Los Ladrones van a la Oficina» «Canguros» etc. Series que disfruté en su momento y que no tengo nada que reprochar, pero año tras año se han ido haciendo básicamente series de tono familiar y claro, el espectador no se conforma con eso y pide un relevo. Mucha culpa de ello es la comparación con la ficción extranjera. Si todavía siguiésemos viendo series nacionales y ficción extranjera en versión doblada, y no tuviésemos oportunidad de ver las series extranjeras en VOS, no ahondaríamos en quejarnos en querer series españolas más interesantes, inteligentes y con otro tipo de contenido; pero igual este hecho nos ha abierto los ojos y nos ha conducido a ser más exigentes. También diría que en estos últimos años las cosas están cambiando en cuanto a intento de hacer otro tipo de televisión. Creo que desde Tierra de Lobos, Gran Hotel y seguramente con El Tiempo entre Costuras, se están renovando. Otra cosa es el maltrato que hacen a las series con emisión de temporadas cuando quieren o su extensión de tiempo. Y no incluyo series tan geniales como las que comentas: Crematorio o Qué fue de Jorge Sanz, que sin ser lo mejor de lo mejor se nota el intento de hacer otro tipo de televisión. Aquí mensaje para Canal +, ¿Se te ha olvidado producir series españolas poniendo los cuernos con series made in USA?. Ahí lo dejo. Comentaría mucho más y mejor expresado pero esta es mi aportación inicial xDUn saludo!

    07 noviembre 2013 | 22:29

  8. Dice ser Efibi

    Amén, Cecilia!Como aporte, me gustaría añadir que en la ficción nacional también sería necesario seleccionar un poco mejor a los actores. No sé cómo funciona el submundo de los castings en este país, pero viendo cómo nos las gastamos en Españistán, me da a mí que el enchufismo y el amiguismo también pululan a sus anchas en este campo. No sé si me equivoco… Porque vale que a todos nos vienen a la cabeza bestias interpretativas nacionales pero también hay mucha mucha morralla y acaban desluciendo el producto final. Por ejemplo, en Isabel (única ficción española que sigo actualmente) se ven grandes desigualdades en la calidad interpretativa de unos y otros. Un saludo.

    07 noviembre 2013 | 22:58

  9. Gracias por el comentario, Conquer! Desde luego que tienes razón en lo que ver series extranjeras mejor hechas y de temáticas más arriesgadas nos ha abierto los ojos a otro tipo de ficción. Como tú creo que algunas series están mejorando, pero sobre todo en el terreno de la producción (como las que comentas). Sin embargo, la mayoría sigue adoleciendo de un guión más arriesgado. Esperemos que poco a poco se vayan introduciendo los cambios necesarios para poder disfrutar de mejores series españolas. Un saludo!!

    10 noviembre 2013 | 17:09

  10. Efibi, tienes toda la razón. Mira que España es un país con grandísimos actores, pero muchas veces nos encontramos casos donde el nivel interpretativo se olvida para simplemente mostrar músculos o una cara bonita. También es verdad que actores que en cierta serie no llaman la atención por sus actuaciones, luego nos sorprenden en papeles de mayor calidad o cuando están mejor dirigidos, como en el caso de Blanca Suárez. Pero sí, en general se echa en falta más actores y actrices de carácter y no guapitos/ as más sosos que un aguacate. Un saludo y muchas gracias por comentar 🙂

    10 noviembre 2013 | 17:16

  11. Dice ser Sergi

    Creo que el caballo de batalla sin duda y como bien planteas son los guiones paupérrimos y superchupis a los que les han acostumbrado (una pena pero me excluyo) duante los últimos años. El apunte de Efibi va directamente relacionado también con ése problema. Malos guiones y a veces se les suman malos actores. A las pruebas me remito. Os pongo un ejemplo o comparativa. Veríais una serie en la que saliera Javier Bardem, Luis Tosar, Candela Peña, Quim Gutiérrez (que las ha hecho), o Marta Etura?, Pues yo para empezar sí.Y la siguiente pregunta es, temas como los que se abordan por ejemplo en series como Hit&Miss, Derek, Black Mirror o demás ¿Tienen cabida en nuestra televisión?, al parecer no, y entre el espectador medio creo que tampoco. el quid de la cuestión y la tarea más complicada en mi opinión está en apostar por esas temáticas que son las que de verdad dejan huella, y reeducar al espectador para que apueste por ellas en detrimento de cine y tele de palomitas por doquier. Que un poquito vale, pero no a todas horas.

    12 noviembre 2013 | 17:22

  12. Sergi, gracias por tu estupendo y completo comentario. Desde luego creo que si una serie estuviera protagonizada por los actores que comentas nos tiraríamos de lleno a verla. Y si encima tuviera una temática más arriesgada e innovadora seríamos directamente felic; quizás no del resultado final, sino de la buena dirección que estaría tomando la ficción española. Si viéramos que se dan pequeños pasos en este sentido creo que apoyaríamos mucho más nuestras producciones, pero nos han tratado demasiado mal durante demasiado tiempo. Lo malo es que esta forma de hacer les reporta beneficios, aunque para mí es una mentalidad cerrada, porque no se paran a pensar (o sí y no les interesa) en el inmenso público fugitivo, que cada vez es mayor entre las nuevas generaciones. Por cierto, lo de «guiones paupérrimos y superchupis» me ha alegrado la mañana!! Creo que este debate es muy positivo, hay que intentar desde la autocrítica y la reflexión cambiar las cosas. La blogosfera es un buen lugar, ya que no estamos sometidos a presiones externas como se nota que sucede en foros o eventos donde hay guionistas contratados y cadenas. Un abrazo enorme!

    13 noviembre 2013 | 08:50

  13. Dice ser dirhector

    Como siempre… genial entrada, Cecilia. :-)Como en otras muchas cosas las cadenas españolas pifian al considerar al público español «lerdo». Los canales nos dan la espalda, y somos un público seriéfilo que está muy bien educado, acostumbrado por culpa de la excelente calidad de series británicas y estadounidenses, como esas productoras de sueños que son HBO, BBC, Channel 4, AMC…Y luego se justifican llamándonos «piratas». Pues yo les digo «Bazinga!» 😀

    13 noviembre 2013 | 19:06

  14. Toda la razón del mundo, y creo que poco a poco la gente joven que empieza a ver series y que usa las nuevas tecnologías para consumir productos audiovisuales es cada día más exigente. Es cierto en que todavía queda audiencia que se «conforma» con lo que le echan, pero cada vez menos… Y lo de la supuesta piratería (ojo, compartir archivos no es lucrarse con contenidos ajenos) ya huele, de verdad. En vez de apostar por nuevas plataformas de distribución criminalizan al usuario. Es el colmo y muy marca España. Un abrazo y gracias por el comentario :))

    15 noviembre 2013 | 08:02

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