‘The Jinx’, sensacionalismo y rigor

the-jinx-HBOAtención, SPOILERS ¿Puede la investigación periodística, a través del formato documental, aportar evidencias que den un giro radical a un presunto caso criminal estancado durante años? ‘The Jinx’, el documental de la HBO que narra la vida y supuestos crímenes del multimillonario Robert Durst, así lo confirma. Con un estremecedor final que hace que nos dé un vuelco el corazón, la conclusión de la sexta parte consiguió, con un aparente golpe de suerte, cazar al cazador, al sibilino monstruo que había escapado gracias a su inteligencia y al respaldo económico de su enorme fortuna, de las acusaciones de tres asesinatos: el de su mujer, Kathie, en 1982; el de su amiga Susan Bergman en el año 2000, y el de su vecino Morris Black en 2001.

El hecho de que los engranajes de la justicia hayan vuelto a girar con la detención de Durst en New Orleans, tras la emisión del último episodio, ha otorgado a ‘The Jinx’ un inusitado «buzz» que lo ha catapultado a la fama y ha causado un enorme revuelo en medios de comunicación y redes sociales, donde también han circulado todo tipo de especulaciones y discusiones acerca de la ética de los creadores y la ocultación de pruebas a la policía. Según afirma el director, Andrew Jarecki, en una entrevista concedida al New York Times, las pruebas que consiguieron durante la grabación «fueron entregadas a la policía meses antes de la emisión del documental». Por su parte, el departamento de Policía de Los Angeles asegura que la investigación había seguido su propio curso, y que la detención de Durst poco después de la finalización del documental era una coincidencia.

El valor de ‘The Jinx’, lo que ha conseguido, está fuera de toda duda. De ahí su éxito y su interés (aunque habrá que ver cómo continúa el caso). El audio con la voz entrecortada de Durst, tras haber sido confrontado con la carta, autoinculpándose con la terrorífica frase «What the hell did I do? Killed them all, of course», es un momento televisivo espectacular. Más intenso todavía por tratarse de un suceso real y no ficticio. Este momento culminante, que tira por tierra la ambigüedad del resto del documental, nos lleva de nuevo a reflexionar sobre la importancia de los finales y cómo pueden determinar nuestra visión sobre el conjunto de una obra.

Interés y efectismo

Porque, si dejamos de lado las repercusiones en terreno judicial y la apoteósica conclusión, ‘The Jinx’ es un docudrama ficcionado realizado sin demasiada originalidad —como tantos otros que hemos visto en televisión de crímenes espantosos no resueltos—, a base de entrevistas y fotografías con «zoom», que utiliza recursos sensacionalistas (música, recreaciones con actores a los que no les vemos la cara) para dotar a la narración de suspense, y donde se repite la información una y otra vez, estirando la historia artificialmente y redundando en los hechos macabros con intenciones efectistas.

Sin duda, la gran baza es Robert Durst, un personaje carismático que logra hipnotizarnos y (casi) posicionarnos de su parte con una combinación de inteligencia, serenidad y comedida forma de hablar —pese a los continuos tics que delatan un interior de nerviosismo (o trastorno)— junto a una mirada reptiliana, tan fría como insondable, que traspasa la pantalla y nos hace cuestionarnos en todo momento si estamos frente a un maníaco de sangre fría o a un verdadero gafe (como indica el título), al que el destino ha jugado una mala pasada.

Si a ello sumamos el atractivo del dinero, la lóbrega infancia de Durst con el suicidio de su madre y un padre ausente; la rivalidad entre hermanos para heredar un imperio inmobiliario y los problemas matrimoniales entre el rico heredero y una hermosa joven, tenemos los elementos de una atractiva historia que, poco a poco, se va haciendo más efectista con las descripciones de los presuntos asesinatos y las excentricidades de Robert, al que no sabemos si considerar lerdo o un psicópata egocéntrico que cree que, incluso facilitando pruebas a la policía, ésta va a ser incapaz de apresarle (como así parece).

Sin embargo, pese a su final y su innegable valor periodístico, la elección del formato docudrama y su ejecución, convierten a ‘The Jinx’ en un extraño híbrido donde sensacionalismo y rigor se dan la mano, alejándolo de los estándares de la cadena. Junto con su repercusión mediática, la marca HBO —incuestionable sinónimo de calidad—, le ha otorgado desde el inicio una aureola distintiva que, desde el primer momento, hizo parecer a la miniserie una obra maestra (un caso que recuerda al de ‘True Detective’), sobrevalorándola en demasía y evitando un juicio más crítico sobre su realización y valor artístico.

Nota en Mis Puntuaciones

Ficha técnica
Título original: The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst
Escrita por: Andrew Jarecki, Marc Smerling y Zachary Stuart-Pontier
Dirigida por: Andrew Jarecki
Cadena: HBO
Año de creación: 2015
Temporadas: 1 (6 episodios)
Website

Cecilia García Díaz es autora de ‘Araneida, la fortaleza de los deseos‘, una novela de fantasía oscura y terror

4 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Sergio

    Felicitarte por el post en primer lugar, y decir que si he disfrutado con esta miniserie. El prisma que dan en ella me parece acertado, ya que como apuntas nos deja jugar con las dos caras del personaje, la del phsicokiller calculador que pone en jaque al sistema y la del totalmente desafortunado paria o pobre niño rico al que le han venido todas mal dadas. Hay algunos hilos que se quedan un poco cojos a mi entender, como al principio cuando las amigas de Kathie se erigen en detectives y pretenden hacer la labor de seguimiento del caso y en cuestión de un capítulo no le dan más recorrido. Por lo demás me gustan esas entrevistas al final de la misma donde las respuestas de Robert cada vez son más escuetas como premeditadas sabiendo que se le agota el tiempo o que todo su universo se va cayendo sin remedio. En fin, buena propuesta para devorar una serie más y cuestionar como siempre el sistema judicial que por cierto nuca está de más. Un saludo.

    16 agosto 2015 | 18:42

  2. Hola Sergio, ahora que han pasado unos meses desde que vi The Jinx debo reconocer que lo único que permanece en mi retina es esa recta final que consigue estremecerte. Pero, incluso más que eso, es la presencia de Robert. Sus ojos llenos de tics, su mirada reptiliana, su aplomo, su inteligencia… Creo que hubiera sido imposible componer un personaje tan interesante como él. De nuevo, la realidad supera a la ficción. En cuanto a lo demás, creo que, como otros productos de la HBO, salen al mercado con una marca que los sobredimensiona y que les acuña el sello «obra maestra» con demasiada facilidad. Aún así, solo por ver a Robert en acción ya vale la pena adentrarse en esta serie. Un saludo y gracias por dejarme tus impresiones.

    20 agosto 2015 | 14:45

  3. Dice ser Michel

    Leído la review. La sensación que describes es bastante común al resto de críticas al igual que comentarios entre amigos: el actractivo de Robert Durst, los crímenes acusados y señalados, por último, el equipo de Jarecki. Lo que más me chirrió de este docu-serie es la escasa presencia del sistema judicial y de todo lo que rodea. Al igual que deficencias de investigaciones policiales (aunque siempre está el poder del dólar de la familia para ocultar algunas pruebas o dejarlo pasar sin más, a saber). Muchas gracias por los enlaces de noticias y artículos, a mi también me pareció algo de eso que llaman «obstrucción a la justicia» al hallarse el equipo de Jarecki prueba clave (la carta y nota que ponían «Beverley») que delatan a Durst como asesino de Susan Bergman. Al final resulta que era casualidad el último día de emisión y su detención posterior.
    En fin, me gustó mucho esta producción, se nota que es HBO sobre todo las recreaciones de crímenes y la ambientación (en «Crímenes imperfectos» que echan en la Sexta son sencillos y lo justo para recrearlos) que tienen un gran cuidado, como si fuesen escenas de cine negro.

    Aprovecho para recomendarte otra buena docu-serie de Netflix que se titula «Making a Murderer», al igual que «The Jinx» es aconsejable no haber leído nada referente a este caso (el episodio piloto es más una vista general del que se enfrenta el documental). Esta vez sí que hay menos propaganda mediática y sensacionalismo (a excepción del uso de prensa y esas cosas para causar impacto e influir la opinión pública). Bueno, te he leído en alguna ocasión que no te suelen gustar documentales de esta corte, los crímenes y eso pero de verdad te lo recomiendo encarecidamente, más después de haberse visionado The Jinx, se sacan conclusiones paralelas muy interesantes los dos casos judiciales. Me gustaría leerte y conocer tu opinión respecto al documental de Netflix.

    Me he extendido demasiado, uy xD

    Un saludo Cecilia.

    05 junio 2016 | 12:12

  4. Hola Michel, es verdad que la «conclusión» fue coincidencia, pero, aún así, ¿no te parece demasiado coincidencia? Muchas cosas en este documental me rechinan pero, sobre todo, lo que comentas de la obstrucción a la justicia, aunque ellos mismos intentan exculparse diciendo que habían consultado con asesores, etc. No sé. En realidad, ahora que ya ha pasado un tiempo que lo vi, a nivel de historia no ha dejado mucho poso en mí excepto ese gran final. Sin embargo, en mis pesadillas sigue pululando ese ser extraño e indefinible llamado Robert Durst y su inescrutable mirada.
    Respecto a Making a Murderer la quería haber visto ya, pero he tenido una época un poco complicada y no me apetecía mucho enfrentarme con una historia sórdida. Sin embargo, ahora que me la has recordado quizás la vea y comentamos. Muchas gracias por un comentario tan bueno y extenso (eso nunca molesta). Un saludo y cuando la vea y escriba algo hablamos 🙂

    06 junio 2016 | 16:24

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