Dentro de una serie siempre hay episodios especiales que por su sinceridad, belleza, ritmo o atmósfera consiguen emocionarnos y, en algunas ocasiones, mudar la impresión que teníamos sobre la historia que nos están contando. Ayer dio la casualidad de que vi, uno tras otro, dos de esas raras avis que consiguen transportarnos al interior de la narración, estremeciéndonos. El primero fue «Beach House (S03E07)», de ‘Girls’, y el segundo «Looking for the Future (S01E05)», de ‘Looking’. ATENCIÓN, SPOILERS DE ESTOS EPISODIOS.
En el caso de ‘Girls’ no me sorprendió tanto, porque Lena Dunham ya me ha acostumbrado a capítulos prodigiosos donde su sensibilidad y talento brillan en todo su esplendor. Reflexionando sobre ello, me di cuenta de que los episodios especiales en ‘Girls’ suelen localizarse fuera de la urbe, como en el caso del estremecedor «Video Games» (S02E07), donde Hannah acompaña a Jessa a visitar a su padre a una casa de campo, y conocemos la faceta más íntima y dolorosa del personaje («I’m the child, I’m the child»). O en un escenario aislado y diferente al ritmo de la calle, como el celebrado —pero no por ello menos impactante— «One Man’s Trash» (S02E05), donde Hannah nos mostraba su lado más vulnerable y su necesidad de encontrar la felicidad en una lujosa casa situada en un universo ajeno al suyo, al lado de un personaje igualmente extraño, pero tan perdido y solitario como ella.
Amigas, enemigas
En «Beach House» el universo donde se desarrolla la historia es una magnífica casa en la playa, un lugar donde Marnie espera reconciliarse con sus amigas, de las que poco a poco se ha ido distanciando. De nuevo, un escenario diferente a las calles de Nueva York o el piso de Hannah sirve para ofrecernos un relato donde las emociones están a flor de piel y cualquier cosa puede suceder. En este caso, Dunham nos habla de las tensiones, de los sentimientos encontrados que surgen entre los amigos, de las confesiones que salen a la luz cuando hemos bebido más de la cuenta y la lengua se afila y hiere. De cómo, al fin y al cabo, al hacerte mayor la vida te va separando de los que creías que serían tus amigos para siempre.
Sin embargo, con su aguda mirada, profundamente humana, Lena Dunham también nos ofrece el reverso, y nos dice que los reencuentros son posibles, que una amistad que creíamos perdida —como la de Hannah y Elijah— puede recuperarse en el momento más insospechado, y que, tras la pelea más cruel, un simple gesto puede permitir la reconciliación. Así lo vimos en esa maravillosa escena final, con las chicas sentadas en el puerto, de resaca, volviendo a imitar los gestos del baile con el que tanto se divirtieron pero que desencadenó los ataques verbales y sacó a la luz los resentimientos. Nos da entender, de una manera perfecta en su sencillez, que, a pesar de las peleas, la amistad sigue ahí.
Paseando, hablando, riendo
Y si ‘Girls’ me tiene rendida a sus pies por episodios cono éste, ‘Looking’ está consiguiendo poco a poco atraparme en su red. Lo cierto es que los primeros capítulos me parecieron un cúmulo de clichés, con personajes que no me transmitían esa realidad en las emociones que esperas de una serie que surge a la sombra de ‘Girls’ y con el sello de la HBO. Suponíamos (y así se vendió), que ‘Looking’ iba a retratar, de una manera auténtica, la vida de un grupo de homosexuales jóvenes en San Francisco, al igual que ‘Girls’ intentaba reflejar las existencias de un grupo de veinteañeras en Nueva York. Pero en sus primeros pasos sólo consiguió caer en estereotipos y aburrirnos con personajes insípidos.
Aunque, desde mi punto de vista, ‘Looking’ sigue demasiado anclada en el tema de las relaciones de pareja, y deja de lado otros aspectos vitales que le podrían aportar ese punto de complejidad y veracidad que los espectadores más sibaritas andamos buscando, el episodio «Looking for the Future» ha sido un punto de inflexión. Con un desarrollo pausado y un guión honesto y emotivo —en el que nos hemos podido reconocer—, hemos asistido al nacimiento de una relación, a esos primeros pasos inciertos que damos cuando conocemos a alguien e intuimos que es especial.
Sin almíbar innecesario, pero sí con mucha sensibilidad, acompañamos a Patrick y Richie en su paseo por San Francisco, con esas conversaciones banales pero enormemente trascendentes para el que las vive, donde nos desnudamos poco a poco y hablamos de nuestro pasado, de nuestra familia, de nuestros anhelos para el futuro; mientras, alrededor, esa ciudad que creíamos tan vista cobra una nueva perspectiva y adquiere una luz distinta, al igual que nuestras emociones.
La ciudad interior
La sinceridad y naturalidad de «Looking for the Future», donde podemos constatar que el amor y el deseo es igual para gays que para heteros (para aquel que todavía no lo tuviese claro, que los hay), el nuevo rumbo que toma la historia y la inspirada relación entre Patrick y Richie, que nos conduce a un San Francisco no sólo de calles empinadas y tranvías, sino a una ciudad interior que ven los personajes al enamorarse, me lleva a renovar mis esperanzas en la serie. Por cierto, supongo que al igual que yo, muchos habréis notado el guiño a ‘Manhattan’ de Woody Allen en la escena del Planetario: otra cita fantástica y especial que es Historia del Cine.
Esa autenticidad en las emociones, donde todos podemos ver reflejados, es lo que de verdad puede contribuir a la normalización tan anhelada por los colectivos LGBT. Y es donde, en una serie de estas características, se debería ahondar, descartando estereotipos manidos y evitando una “temática gay” per se. Dejando de lado la vertiente social, desde el punto de vista de la ficción, lo deseable es que la sexualidad no sea el aspecto central del argumento, y sí los sentimientos de los personajes, que consigan trascender y hablarnos de la persona que hay detrás, sin importar demasiado con quién se acueste.
Por el momento, estoy más que satisfecha con el rumbo que está tomando ‘Looking’, y el hecho de poderme hacer sesión doble los lunes con estas dos series de la HBO —sobre todo si nos ofrecen episodios tan especiales como estos—, es un verdadero placer. Que continúen así.
Este blog participa en los ‘Premios 20Blogs’. Puedes votar aquí. ¡Gracias!
Totalmente de acuerdo… Suscribo palabra por palabra… ^.^
19 febrero 2014 | 10:12
Fueron dos episodios maravillosos. Ay, que veo que te toca el corazoncito lo de Looking, eh? Un beso!
19 febrero 2014 | 11:28
el capitulo de girls 3×7 me ha parecido sublime, en mi opinion los capitulos que me llegan son aquellos donde las cuatro estan juntas, y cuando el capitulo solo se centra en hannah, se pierde un poco en si misma. no es que me caiga bien o mal, sino que lo que las hace interesantes es su interaccion.
07 marzo 2014 | 20:37
Hola Javier, aunque el episodio de Girls ha sido grandioso yo no diría que los mejores son cuando están las cuatro, al menos no siempre. Recuerda el espectacular One Man’s Trash, basado en Hannah y su relación con el guapo doctor, o Video Games, con Hannah y Jessa como protagonistas… Girls tiene episodios brillantes de todas las maneras, aunque es cierto que a mí también me encanta cuando están todas juntas. Un saludo y gracias por comentar.
08 marzo 2014 | 16:40
Bueno, me alegro, aunque yo también tengo el corazón dividido con esta serie looking con Jonathan Groff. Admito que me costó un poco al principio, pero después se ganó mi corazón
14 enero 2015 | 14:36