‘House of Cards’: la peligrosa tendencia hacia lo comercial en la segunda temporada

house-of-cards-season-2La segunda temporada de ‘House of Cards’ me ha enganchado mucho, eso es innegable; sin embargo, tras unos días de reposo, no puedo evitar pensar que el guion ha perdido cohesión y ha tendido a explotar los aspectos más sensacionalistas para hacerla más comercial. Aunque ‘House of Cards’ siempre fue política, sangre y sexo, la complejidad de fintas de pasillo de la primera temporada, que (casi) logró hacerme olvidar la maestría de la homónima británica, se ha diluido para dejar paso a historias más efectistas, momentos en la ventana que son una mera continuación de lo que ya vimos y unos personajes que apenas han sufrido transformaciones morales y se han estancado en un “todo vale” que ya conocemos. Aún así, el formato funciona muy bien. El guión, endiabladamente entretenido, sigue provocando nuestra admiración, con frases demoledoras y sugerentes miradas a cámara que evidencian la hipocresía de la clase política. (ATENCIÓN, SPOILERS)

Sin embargo (todo sea dicho), esta segunda temporada también ha tenido algunas líneas dignas de culebrón, como cuando Mrs. Underwood le espeta con lengua viperina a su exempleada Gillian Cole: «Soy capaz de dejar que el niño que llevas en tus entrañas se marchite poco a poco sin el medicamento que necesitas». Sin tomar demasiado en cuenta estos momentos (de los que tampoco se ha abusado, no seamos tiquismiquis), Kevin Spacey continúa proyectando ese carisma que nos incita a seguirlo en sus maquinaciones de despacho, y Robin Wright no ha dejado de perturbarnos con su elegancia glacial y su sonrisa cínica, capaz de aguantar sin desdibujarse las arremetidas de sus enemigos.

¿Y la daga de Lady Macbeth?

De hecho, esta temporada Claire Underwood ha sido el plato fuerte, y el episodio de su entrevista en televisión, en la que confiesa la (supuesta) violación, uno de los más entretenidos. A pesar de ello, hay algo que no acaba de cuadrarme. Si recordáis, en la anterior temporada Francis obligaba a Claire a aparcar sus planes para Clean Water Initiative, debido a que entraban en conflicto con sus propios objetivos políticos, algo que a la gélida dama le sentó como un tiro. La vendetta de Lady Macbeth parecía evidente, y el pensamiento de lo que podría estar tramando deparaba una historia demoledora de traición entre los cónyuges.

Pues bien: nada de lo que daba por sentado ha sucedido, y hemos visto a una Claire que ha olvidado su resentimiento personal (o se lo está reservando para la confirmada tercera temporada) y se ha centrado de lleno en apuntalar la posición de su marido manipulando a la esposa del presidente y cediendo sobre la ley de acoso sexual para tener un aliado fuerte en Jackie Sharp. Esperaba que la verdadera guerra —que llegará, no lo dudo— se desatase en el único lugar donde Francis se cree a salvo: el interior de su alcoba, con una oponente que es, a su vez, la única rival capaz de hacerle sombra y de apuñalarlo con sus propios secretos.

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Sexo morboso para todos los gustos

Por el contrario, el matrimonio ha estado más unido que nunca, e incluso ha compartido a Meechum (ese chico para todo) en un momento muy «What the Fuck» que me hizo gracia pero que no acabó de convencerme por el sometimiento que supone para Claire —a Francis ya sabíamos que le iban los caracoles, Antonino—. Y es que esta temporada, una vez desaparecida Zoe Barnes, cuya relación malsana con Francis era uno de los pilares del argumento, los guionistas han tenido que buscar nuevas vías para mantener uno de los alicientes principales: el sexo.

Así, además del Momento Trío, esta temporada hemos tenido una pizca de incesto (la relación entre Doug y Rachel, a la que considera una especie de híbrido madre-hija con lectura de Biblia incorporada; escenas lésbicas entre la prostituta con cara de niña y una yonki reconvertida en carne de misa (con voyeur a la ventana); unas gotas de sexo interracial entre Remy Danton y Jackie Sharp, y algunos momentos de masoquismo sensual y perverso bajo la aguja del tatuaje.

Y para perfidia malevolente, uno de los mejores personajes de la serie: Doug Stamper. Este personaje, que ha cobrado entidad y ha tenido algunos escenas sobresalientes, nos ha transportado a la cara oculta del poder para mostrarnos las miserias de un hombre atormentado que no tiene nada a lo que aferrarse excepto su trabajo. Ha sido fascinante ver cómo un tipo de su catadura moral, capaz de oprimir a los débiles bajo su bota, se tambalea ante la desaprobación de su jefe y siente vértigo ante la llegada de otro capaz de hacerle sombra. Si es cierta su muerte a manos de Rachel (eso parece) habrá sido una gran pérdida para la serie.

Más chinos no

No sé vosotros, pero a mí lo que menos me ha gustado es la parte de los chinos corruptos, aunque la verdad es que, cuando entendías lo que estaba pasando, tenía su miga. La trama política para derrocar al presidente ha pecado de enrevesada, y si no llega a ser por el personaje de Raymond Tusk, un zorro astuto capaz de poner a Francis en su sitio y hacerle las cosas un poco más difíciles, la historia habría languidecido; el presidente Garrett Walker, por mucho que al final se huela las estratagemas de Frank, parece tener la inteligencia de una ameba y no es un digno adversario para Underwood.

Y por ponerme un poco puñetera, tampoco me ha parecido demasiado convincente la historia de Lucas Goodwin, un personaje con muy poca fuerza cuyo descenso a los bajos fondos de Internet y su búsqueda de pruebas ha sido rocambolesca y poco verídica. Por no hablar de la trama de Freddy, un hilo narrativo que no sé muy bien adónde se dirige —el hijo pandillero, la venta del establecimiento—. Por mucho que nos guste la metafórica narración sobre lo deliciosas que son las costillas de cerdo desangrado con alto grado de sufrimiento, la historia de Freddy ha sido un pegote. Vale, podéis decir que Freddy es el único que le dice las cosas claras a Frank y le muestra que no todo el mundo se vende. OK.

En fin, que esta temporada de ‘House of Cards’ ha sido estupenda a primera vista, pero si nos paramos a analizarla pierde aceite por algunas grietas. Aún así, con sus giros delirantes y sus salidas de madre, la serie ha encontrado una vía comercial que se agradece en parte, ya que hace su visionado adictivo y de fácil digestión, pero también se enfila hacia el peligro del encasillamiento y de un planteamiento demasiado ‘Scandal’ que pervierta el espíritu con el que se creó. Si afianza las tramas dispersas y se centra en lo importante, es decir, la relación Claire-Francis, ‘House of Cards’ tendrá una tercera temporada estupenda con el cariz que han tomado los acontecimientos.

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5 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Clara

    Hola!! Yo también he disfrutado mucho de esta temporada y también pienso que se ha vuelto más comercial. Sin embargo, me ha entretenido mucho y me lo he pasado casi mejor que la 1 temporada. Respecto a lo de los chinos, tienes toda la razón jajajajaja aunque a mí la historia de Freddy me gusta mucho (quiero que Francis siga comiendo costillas) aunque es cierto que no se entiende muy bien lo que pintaba todo lo del hijo, etc. ¡Nos vamos a comer las uñas hasta la próxima? Por cierto, ¿se sabe cuándo se estrenará? un saludo 🙂

    26 febrero 2014 | 11:04

  2. Hola Clara, supongo que la tercera temporada se estrenará por las mismas fechas que ésta el año que viene, así que todavía tenemos un largo camino hasta saber lo que harán Mr. and Mrs. Underwood. La tercera temporada tiene pinta de ser una pasada, y supongo que explotará todo lo que en esta no ha pasado, excepto si tienen intención de alargar la serie más, algo que siempre me escama. Respecto a Freddy tienes razón en que es un buen personaje, y todos queremos que Francis-Evil siga yendo a comer costillas, así que no sé muy bien por qué han hecho lo que han hecho, aunque me da a mí que recuperará el local… Un saludo y gracias por comentar!

    27 febrero 2014 | 12:17

  3. Dice ser Natalia

    Hola Cecilia,

    Soy Natalia, Responsable de Comunicación de Paperblog. Quisiera disculparme por dejarte un comentario en el blog, pero no he encontrado otra manera de contactarte. Tras haberlo descubierto, me pongo en contacto contigo para invitarte a conocer el proyecto Paperblog, http://es.paperblog.com, un nuevo servicio de periodismo ciudadano. Paperblog es una plataforma digital que, a modo de revista de blogs, da a conocer los mejores artículos de los blogs inscritos.

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    Espero que te motive el proyecto que iniciamos con tanta ilusión en enero de 2010. Échale un ojo y no dudes en escribirme para conocer más detalles.

    Recibe un cordial y afectuoso saludo,
    Natalia

    04 marzo 2014 | 14:22

  4. Hola Natalia, muchas gracias por el ofrecimiento. Te envío un mail en cuanto pueda. Un saludo!

    05 marzo 2014 | 12:36

  5. Dice ser noeliaroalvarez

    Lo que hablamos: los chinos pa su casa. Menudo sopor, probablemente porque no entendí los tejemanejes de la política norteamericana, lo reconozco. Respecto al bobalicón del presidente vale que era el enemigo de Frank, pero es que en realidad se ha visto toda la temporada como el verdadero enemigo era Tusk, que estaba detrás del presidente. Creo que por eso lo hicieron tan tonto.

    Sin Doug no puede haber tercera temporada, eso es así. Y a Freddy lo podían haber dejado también para la tercera temporada, que el hombre no molestaba nada ahí. Molesta más el pirata cibernético ese que no sé qué pinta. Y que me devuelvan al pagafantas. He dicho

    23 marzo 2014 | 13:52

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