Hay épocas en las que no encuentras cosas interesantes que ver. O, sencillamente, lo que hay no te apetece demasiado. A veces me ocurre que, tras una gran serie, me cuesta volver a centrar mi atención y necesito un periodo de vacíacocos para relajarme sin pensar. Esto es lo que me ha sucedido tras ver la excelente Gomorra. No encontraba nada que se le pudiera comparar (no, ni tan siquiera Transparent), y me he dado de lleno al drama familiar de Parenthood. Cinco temporadas (no es broma, amigos) me he tragado de la familia Braverman hasta llegar a amarla-odiarla como si fuera la mía.