Cuando se estrenó This Is Us las redes sociales comenzaron a llenarse de apelativos como «gran drama», «obra maestra», «maravilla sin parangón» y lo cierto es que a mí el piloto me dejó bastante fría. Reconocí en ella todos los clichés de las series melodramáticas que había visto desde mi infancia como La casa de la pradera o Autopista hacia el cielo, donde se apela a los sentimientos de una manera muy convencional, los personajes son estereotipos con patas y se usan recursos como un ser querido que se pone enfermo y/o está al borde de la muerte o peleas familiares que al final se resuelven de una manera edulcorada gracias a la bondad de sus protagonistas.