“Yo Tiberio, Claudio, Druso, Germánico, esto y lo otro y lo de más allá. Conocido no hace mucho tiempo por amigos y parientes como Claudio el idiota, o el tonto de Claudio o Claudio el tartamudo, voy a escribir ahora esta extraña historia de mi vida… Espías, espías por todas partes. Me espían en la cama, en mis plegarias, en la calle, hasta en el retrete. Pero les engañaré a todos. La sibila lo profetizó”.
Con estas palabras y la imagen del viejo emperador romano Claudio sentado en su escritorio, rememorando la historia de su vida mientras bebe vino y garabatea un pergamino, comienza una de las mejores series que ha parido la televisión: I, Claudius, escrita por Jack Pulman y basada en las novelas Yo, Claudio y Claudio, el dios, y su esposa Mesalina, de Robert Graves.
A través de la autobiografía del emperador tartamudo, cojo y sabio, cuya habilidad para sobrevivir a las mil conspiraciones palaciegas es hacer creer a todo el mundo que es tonto de verdad, se desgrana la apasionante historia de Roma y sus emperadores: desde los primeros tiempos con Augusto −cuando Claudio es un niño todavía−, hasta los oscuros días de la decadencia del Imperio con Calígula y Nerón. La historia, vista hoy en día, sigue teniendo los atributos que la hicieron grande en los años 70, cuando se estrenó en la BBC: un guión magnífico repleto de intrigas, pasiones, ambición desmedida, oscuras traiciones, presagios, veneno y escenas memorables.
Las 2.00 a. m., ojos rojos… ¡Otro más!
Yo, Claudio es una serie apasionante y compleja, en la que suceden numerosos acontecimientos en cada capítulo. Desde el punto de vista estético, si la comparamos con los productos actuales, adolece de ciertos aspectos como la caracterización de los actores, sobre todo en sus años de senectud, y, a diferencia de superproducciones como Roma, la acción se desarrolla en interiores, con decorados minimalistas y teatrales que, si embargo, consiguen de manera sobresaliente su misión de transportarnos al opresivo mundo de la corte romana.
Pero esta estética que, hoy en día, puede parecernos caduca, se desvanece ante un argumento que nos atrapa desde la primera escena, y que consigue algo de lo que muy pocas historias pueden jactarse: mantenernos despiertos hasta altas horas de la noche para ver el siguiente episodio. Y cuando ya tenemos los ojos rojos y llorosos, todavía queremos más. Y más.
Un reparto shakesperiano
Junto a un texto sobresaliente, destacan las interpretaciones de actores provenientes del teatro shakesperiano y, hasta entonces, desconocidos en televisión. Derek Jacobi, en el papel protagonista de Claudio, está soberbio. Al verlo en escena podemos entender porqué le fichó Sir Laurence Olivier cuando se acababa de graduar para ser uno de los fundadores del Royal National Theatre londinense allá por 1965. Como curiosidad, hay que señalar que Jacobi estudió en Cambridge, donde coincidió con Ian McKellen, y que a lo largo de su vida ha sido fundamentalmente un hombre de teatro, dando vida a los personajes más celebres del dramaturgo inglés como Hamlet o Eduardo II. Por su papel en Yo, Claudio, Jacobi obtuvo el premio BAFTA en 1976.
Una Cersei de altura
Además de Jacobi, merece especial atención la gran Siân Phillips, que da vida a Livia, la maquiavélica y despiadada abuela de Claudio y esposa del emperador Augusto. En este papel, Phillips realiza una de las mejores actuaciones que he visto nunca en la gran y pequeña pantalla. Inteligencia pérfida y ambición sin límites son los atributos esenciales de este personaje que, unidos a una belleza de elegancia aristocrática y arrogante, hubieran hecho de esta genial actriz una Cersei Lannister a la altura del personaje de Canción de hielo y fuego.
Por último, Yo, Claudio será recordada por la actuación de John Hurt como el psicótico narcisista Calígula que, en su delirio, cree ser un dios en la tierra y se comporta a la vieja usanza cruel y sanguinaria de los habitantes inmortales del Olimpo. Los capítulos donde aparece Calígula marcarían a una generación de niños de los setenta, sobre todo por cierta escena con el perturbado emperador y Drusila, su esposa-hermana embarazada…
Nota final: he tenido hasta hace bien poco la serie completa en VHS, ocupando una estantería entera de casa de mis padres, hasta que mi madre dijo ¡basta! y las cintas se fueron al lugar donde no sale el sol. Junto con Yo, Claudio, también en obsoletas cintas de video, había otra serie que me ha acompañado casi toda mi vida y ha ocupado tanto espacio como la otra: Twin Peaks. Gracias a mi marido, que me descubrió el maravilloso mundo de los discos duros y el ADSL, las tengo ahora en una bonita y pequeña carpeta, aunque me da pena haberme deshecho de estas viejas cintas que tan buenos ratos me depararon.
Tengo buenos recuerdos de esa serie (la BBC casi siempre lo borda) pero era tan joven!! en fin que la revisaré. Gracias por este artículo que me ha ayudado a desempolvarla!
30 abril 2012 | 14:07
Es una serie magnífica que no defrauda aunque la revises una y otra vez. Espero que disfrutes. Estoy segura de que sabrás apreciarla en lo que vale!!
30 abril 2012 | 14:15
Yo claudio es genial. No solo por su guión, que te atrapa en las intrigas de poder y lujuria, también el color, los decorados, tan simples y realistas, la iluminación, tan inglesa… en fin, una serie muy diferente a las americanas. Me encanta la abuela, Livia, como a todos, qué gran actriz, y también Calígula (qué miedo da), y cómo no Herodes Antipas…
19 mayo 2012 | 22:12
Yo Claudio es una de mis series favoritas, que se puede ver perfectamente una vez al año y volver a meterte en esa atmósfera de luz inglesa, con esos decorados tan realistas y escuetos, los actores no conocidos, un guión genial con sus intrigas de poder… vale la pena volverla a ver. Sobre todo ver a Livia, Augusto, Calígula, Herodes, y otros tantos personajes todos ellos interesantes, aunque sean secundarios.
19 mayo 2012 | 22:17
Es una serie magnífica que yo veo cada dos años o así. Como bien dices, esa atmósfera te envuelve y no te suelta, y el guión sigue la estela de las grandes producciones literarias de la BBC. Te recomiendo Retorno a Brideshead, otra maravilla de los 70 Made in England, con un reparto muy british y excepcional, basada también en un excelente libro. Gracias por comentar!
20 mayo 2012 | 13:01
Rancia y soberbiamente exquisita.
30 noviembre 2013 | 21:49
Hola D. Pillman. No podrías haberlo descrito mejor. Aunque a mí lo de rancia se me olvida enseguida que me meto en la historia, que sigue tan nueva como el primer día. Un saludo!
01 diciembre 2013 | 12:43
Cla Cla Claudio… Qué seriaza y menuda mujer Livia!!!
11 mayo 2016 | 11:04
SERIAZA BRUTAL! De vez en cuando hay que recordar estos clásicos maravillosos, con enormes actorazos 😉
11 mayo 2016 | 11:16
Me inspira grandes recuerdos… Siempre recordaré una vez que conocí a una niña que se llamaba Livia y le dije… Anda… Como la abuela de Claudio! Y la madre se me quedó mirando raro y me preguntó como sabía eso… Le respondí que yo veía muchas series y que la de Yo, Claudio estaba dentro de mi top-ten… ^.^
11 mayo 2016 | 11:20
Y recuerda que la madre de Tony Soprano se llama también así… Yo creo que no es una coincidencia 😉
11 mayo 2016 | 11:21
Totalmente de acuerdo, Cecilia.
11 mayo 2016 | 11:23
¿Y John Hurt? Ese Calígula es memorable…
11 mayo 2016 | 11:23
Es una de mis series preferidas. La he visto mil veces y de tanto en tanto la vuelvo a revisar. Es fascinante
11 mayo 2016 | 11:24
Héctor Caraballo Bautista Uff, esa escena me marcó en mi infancia. Mis padres la estaban viendo, yo no entendía nada pero estaba con los ojos como platos… Después sí lo entendí bien. Enorme John Hurt.
11 mayo 2016 | 11:25
Y esa escena con un movimiento despacio de cámara… #Fan
11 mayo 2016 | 11:25
Es que es todo. Cada episodio es un formidable viaje
11 mayo 2016 | 11:26
Yo creo que tras ver esa escena en mi infancia me volví peor persona 😀
11 mayo 2016 | 11:26
Héctor Caraballo Bautista jajajaja. Te entraron ganas de hacer cosas malas???? XD
11 mayo 2016 | 11:27
Hoy no se podría emitir en abierto en muchas tvs…
11 mayo 2016 | 11:29
Jajajaja.
Como sabía que lo narrado en la serie sobre Calígula, Livia, Claudio et al eran episodios históricos, empecé a «entender» que en el mundo han pasado, y pasan, cosas espantosas. Que no todo es hermoso como las supernovas, las galaxias, los cometas, los átomos y los amigos…
11 mayo 2016 | 11:31
Héctor Caraballo Bautista Ah, my friend, empezaste a perder la inocencia…
11 mayo 2016 | 11:32
Cierto. Tiene cosas brutales
11 mayo 2016 | 11:33
Qué cosas… con lo bonita que es la inocencia…
11 mayo 2016 | 11:33
Qué joya.
11 mayo 2016 | 11:34
Muy grande 🙂
11 mayo 2016 | 11:36
Ley de vida 😉
11 mayo 2016 | 11:37
Y las voces…qué voces. Imprescindible verla en versión original.
11 mayo 2016 | 11:37
Héctor Caraballo Bautista Ah, no? XDD
11 mayo 2016 | 11:39
Yo me acuerdo cuando tenían que matar a unos niños (hijos de un senador) y un soldado le dice a otro: trae muy mala suerte matar a vírgenes y le responde: soluciónalo!
11 mayo 2016 | 12:06
Julia Gómez Estos grandes actores es un delito verlos doblados
11 mayo 2016 | 12:20
Yo primero la oí. Me mandaban a la cama los domingos por la noche , en 1979, y la oía despierto desde allí. Luego, de más mayor la pude ver en una reposición.
11 mayo 2016 | 12:28
Normal que te mandaran a la cama… Supongo que a mí me pasaba igual o que saldría a escondidas de la cama… La vi ya de mayor, pero la escena de Calígula me marcó.
11 mayo 2016 | 12:31
Soy de 1968, tenía 11 años
11 mayo 2016 | 12:32
Daniel Lucas Fuentes Yo soy del 74, un poco más pequeña 😉
11 mayo 2016 | 13:05
Vincenzolaguardia Gambini Bestial
11 mayo 2016 | 14:46
Oh my god¡ no tengo tiempo para recuperar las Old British¡ demasiadas para un solo cuerpo, claro que….igual si abrimos una nueva puerta temporal….:D
11 mayo 2016 | 18:57
A lo mejor no todas, pero considera una clonación o una puerta temporal para ver esta. Son pocos episodios y te va a alucinar. Tiene un 5 en Mis Puntuaciones
12 mayo 2016 | 07:26
Estoy en plan Nº8 así que se la pasaré en algún momento a uno de mis yos
12 mayo 2016 | 10:39
Buen plan! Los clones necesitan diversión
12 mayo 2016 | 10:44
Pues si, sino ya sabes…..se ponen a espantar moscas con el rabo y la lian….
12 mayo 2016 | 10:45
la primera vez que me escape de casa con doce años fue para ir al pueblo de al lado a comprar Claudio el dios y su esposa Mesalina, que no lo vendian donde yo vivia. Es la segunda parte. Me estuvieron buscando unas horas.
05 julio 2016 | 17:43